Más de lo mismo.
Tendré que hablar técnicamente de los trazos y líneas que se ven en estos dibujos que continúan acá abajo, en la siguiente entrada. Hay dibujos pensados por la cabeza, y dibujos pensados con la mano. Estos que se ven más abajo son pensados con la mano. Son una línea que se va enredando consigo misma, se cruza y se aleja y quien decide estos ritmos es la mano y su pulso, y la cabeza se entromete sólo para coordinar esto como todo lo demás. Algo parecido a lo que harían los surrealistas en su época con el automatismo psíquico, pero ellos eran primeros y hoy sería redundante querer decir lo mismo después de casi 90 años. no voy a decir nada nuevo, porque casi todo ya esta dicho, pero el objetivo podría ser el mismo que el de 90 años atrás, saltándose la descripción y el hallazgo del subconsciente, entrando, y de acuerdo a los tiempos de hoy en la descripción y el hallazgo de mí subconsciente, que después, cuando la mano se deja tranquila, y la cabeza sin querer queriendo deja de coordinar movimientos y comienza a hacerlo con los recuerdos, las observaciones, las miradas del día a día, del barrio en que vivo, del diario que leo, de la estampa que asquea y la que me seduce. Lo que miro yo que se puede parecer a lo que miras tú pues somos de la misma aldea.
Serán así entonces estos trazos irresponsables con la contingencia, brutos sin filosofía, pero honestos como el ladrido de un perro que no muerde, cuando siente una presencia.
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